El Misterioso mundo perdido ( Pajuyu´b) (Relato)

El Misterioso mundo perdido ( Pajuyu´b)

(Relato)

El misterioso mundo o la misteriosa ciudad de la fortuna, como dicen en idioma k'iche “Pajuyu´b” o debajo de las montañas.

A según relatan los abuelos que en algunos lugares de las montañas, barrancos o cerros, existen portales hacia ese mundo desconocido, pero lo más misterioso de ese lugar, a según algunos afirman que no es el infierno  y otros afirman definitivamente es el infierno o quizá esos portales  conduce hacia otro planeta de la galaxia o simplemente debajo de nuestros pies.

Algunas personas afirma que  después de la muerte allí van las almas de las personas que han recibido tesoros de ese lugar y otros desean la fortuna, hacen un tipo de ritual con la ayuda de un chamán semanas antes de ofrecer sus bebés recién nacidos frente a esos portales, si son correspondidos, en la media noche llega un ser misterioso a recoger él bebe y en su lugar deja algún tipo de tesoro, si no son correspondidos él bebe muere por el frío y hambre.

Los que han dejado sus hijos a cambio de fortunas, los papás  del niño o niña después de la muerte sus almas ya no van a realizar la paga, si no el hijo o hija es el que hace el pago en ese lugar desconocido, donde irán las almas de los padres pues nadie sabe qué sucederá de ellos después, perdón de Dios no tendrán por ambiciosos.

Muy pocas personas relatan sus experiencias, en forma misteriosas se han teletransportados hacía en ese mundo en cuestión de segundos y han llegado a ver conocidos que fallecieron  hace muchos años y en la tierra obtuvieron muchas  riquezas.

Los administradores de ese lugar dan la opción de elegir que tipo de paga quieren las almas que hicieron pactos, tienen la opción de elegir ser animales domésticos, animales salvajes, pilares de casas o lo que más les convengan a cada uno de ellos, la paga es absolutamente eterno, si uno elige ser un cerdo, pues te sacrifican por tu carne todos los fines de semana, basta que solo tiran tu cola en el  corral, renacer nuevamente y así sucesivamente.

Espero que les haya gustado este pequeño relato, comenta abajo de este post.

 Por Jacinto Hernández Aguilar