TERROR EN LA CARRETERA


TERROR EN LA CARRETERA 
Esto que estoy por contarte, me ocurrió en uno de mis tantos viajes por carretera, soy trailero y prácticamente así es como me gano la vida.

Anteriormente este trabajo dejaba muy buenas ganancias, pero con el tiempo cada vez somos más y por lo tanto la demanda es menor, ahora tengo que pasar más tiempo en carretera que con mi familia y eso me afectaba, fue hasta la muerte de mi hija que dejé todo a un lado.
Ella tuvo hace algunos años un accidente de tránsito, perdió la vida junto a sus amigos, jamás pude recuperarme, descuidé a mi esposa y unos meses después ella también se fue.
Para ser honesto eso nunca me importó, cuando ocurrió el accidente yo estaba lejos, para cuando llegué mi hija ya había sido sepultada, creo que eso hasta cierto punto fue mejor, el último recuerdo que tengo de ella es cuando estaba viva.
Hoy en día pienso abandonar este trabajo y dedicarme a otra cosa, no me siento cansado ni capacitado para hacer algo más, pero viví una experiencia que hasta ahora no la he podido sacar de mi cabeza y es por eso que decidí contarte.
Hace unas semanas, me encontraba transitando por carretera, eran pasadas de la una de la mañana, fue entonces que a mitad de la nada vi un hombre caminando a las orillas alzando su mano en señal de ¨ride¨, al verlo quise detenerme para ayudarlo, pero la situación era muy extraña, no había absolutamente nada a kilómetros.
-Tal vez quiere robarme- Pensé.
Seguí de largo y luego de un rato llegué a un área de descanso, descansé un rato y fumé un cigarro, había dos traileros más en el lugar, me acerqué para ver si estaban ahí, pero no había nadie, posiblemente dormían en el camarote de sus unidades.
Al regresar pude notar que alguien rondaba mi tráiler, me acerqué poco a poco hasta que sorprendí a un hombre joven bien parecido que al parecer buscaba algo.
-¿Se te perdió algo?- Pregunté con tono desafiante.
-No, te estaba buscando- Respondió.
Era el mismo hombre que había visto a mitad de carretera en medio de la nada.
-¿Cómo me alcanzaste?- Pregunté.
-Corriendo- Respondió el hombre con una sonrisa en su rostro.
-Ni siquiera sudaste…
El hombre se limitó a sonreír, posteriormente sacó una cigarrera de su chamarra y me ofreció un cigarro a lo cual no pude negarme, pensé que si tenía alguna mala intención, ya habría hecho algo contra mí, por mi parte, siempre llevaba mi navaja conmigo, me sentía tranquilo y seguro, ese hombre no se veía peligroso.
Luego de conversar un rato, no podía evitar ponerle atención, tenía una habilidad para hablar que no había visto antes, siempre me consideré una persona seca, de pocas palabras y también de pocos amigos pero este hombre había logrado hacerme hablar y sentir la necesidad de seguir escuchando sus historias.
Fumamos otro cigarro y me ofrecí por cuenta propia a llevarlo, me agradeció.
-Ya está muy cerca el pueblo al que voy- Me dijo.
Subimos al tráiler y comencé a conducir, conformé avanzaba me fui percatando que ese hombre despedía un olor muy extraño, un olor fuerte, que no había olido antes.
Luego de avanzar un par de kilómetros, sus preguntas comenzaron a tornarse algo extrañas, en un principio supuse que no nos conocíamos, no era imprudencia solo ignoraba mi pasado y mi vida.
-¿Cómo está tu hija?- Preguntó.
-Bien, todo está bien con ella- Respondí firme y tajante.
Por varios minutos no dijo absolutamente nada, solo miraba por la ventana y en ciertas ocasiones se burlaba de algo, eso comenzó a desesperarme un poco, hacía esa risa discreta, como si no quisiera que yo me enterase de aquello que le causaba gracia.
-¿Tu esposa está bien?-
-Sí, está bien donde sea menos aquí- Respondí luego de una risa burlona.
Aquel hombre hizo lo propio y siguió mirando hacia afuera, pero luego de un rato de silencio me hizo otra pregunta que me desconcertó.
-¿La extrañas?- Preguntó.
-¿Extrañar a quién?
-Tu hija, que si extrañas a tu hija…
En ese momento me puse muy nervioso, por algún motivo sentía intimidación, tal vez miedo ante la presencia de ese tipo que a simple vista pareciera un hombre amable y agradable pero de pronto su mirada se tornaba extraña, ni siquiera podía mirarle a los ojos por más de dos segundos.
Antes de poder responder esa última pregunta, él hizo otra cuestión.
-¿Sigues soñando con la muerte?- Preguntó.
En ese momento supe que algo andaba mal, llevaba días soñando con ese accidente, soñaba a mi hija muerta, que no podía ayudarla, pero él no podía saberlo. Antes de responderle, comenzó a carcajearse de una forma aberrante.
-¿Te estás burlando?- Pregunté furioso ante la situación mientras lo miraba.
Aquel hombre solo seguía carcajeándose, fue entonces que retorné mi vista a la carretera y juraría que vi la silueta de una mujer ahí en frente, también podría jurar que era mi hija.
Frené de golpe casi perdiendo el control de la unidad, pero no me importaba, bajé rápidamente pero no había nada, incluso me asomé por debajo del tráiler pero no, todo había sido producto de mi imaginación.
Abordé una vez más a la unidad, ese hombre seguía ahí sentado mirando al frente.
-¿La viste?- Pregunté, pero no respondió.
Encendí el vehículo y de nuevo arranqué, avanzamos algunos metros cuando de nuevo comenzó a burlarse, pero esta vez no era exagerado como en la ocasión anterior, esta vez solo gemía, como si se aguantase la risa.
Quise voltear a verlo, pero con el rabillo del ojo pude ver la forma de su rostro, parecía que se había deformado, su cabeza era más grande que antes, parecía tener cabello rizado y alborotado exageradamente y ese sonido de intento de risa, ya no era el mismo, había cambiado a un tono más grave.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?- Pregunté sin atreverme a voltear a mirarlo.
Comenzó a hablar en un idioma que yo no entendía, parecía que solo balbuceaba, como si rezara en voz baja, yo por mi parte comencé a gritarle que me dejara en paz, estaba aterrado.
-¿Quieres ver a tu hija?- Preguntó mientras comenzaba a carcajearse.
Podía sentir su saliva cayendo en mi cara, si eso era lo que emanaba de su boca cuando se burlaba, luego de esto vi que realizó un movimiento, se agachó un poco hacia la parte de abajo, yo tenía algunas botellas de vidrio en el suelo, miré levemente para ver lo que estaba haciendo, lo que hizo que el miedo me invadiera completamente.
La forma de sus pies, no tenía ropa, eso no tenía ningún sentido, el tono de su piel era marrón, muy oscuro, sus pies eran exageradamente grandes, las uñas eran verdosas y largas, quebradizas, posiblemente de ahí venía ese olor repugnante.
Se levantó de golpe con una de las botellas en su mano y vi de nueva cuenta con el rabillo del ojo como la llevó a su boca, arrancó la mitad de la botella con una mordida y comenzó a masticar para posteriormente tragar el vidrio
Frené lentamente hasta quedar en alto total, esa cosa me estaba mirando fijamente y podía ver que la expresión en su rostro no era una risa, era algo más siniestro, al paso de unos segundos escuché como abrió la puerta y por su propia cuenta descendió, apenas bajó y cerró la puerta, pero eso lejos de alegrarme hizo que el pánico se incrementara cuando me di cuenta que a pesar de que había bajado del tráiler, su rostro seguía a la altura de la ventana, era como si hubiese crecido de la nada.
No tardó en dar la media vuelta y caminar hacia la oscuridad, saliendo del camino, me quedé varios minutos ahí, estaba asustado, no sabía cómo reaccionar ante lo que había vivido, tomé la otra mitad de la botella, seguía sin explicarme cómo lo hizo.
Ya pasaron varias semanas de esto, ya estoy en busca de otro trabajo, solo espero olvidar esto lo más pronto posible y también quisiera saber si alguien coincidió con una experiencia parecida a lo que ya te conté.
Buenas noches traileros

TERROR EN LA CARRETERA TERROR EN LA CARRETERA Reviewed by Jacinto Hernandez A. on octubre 16, 2019 Rating: 5

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